UN PROBLEMA DE COMPORTAMIENTO EN EL AULA DE INFANTIL

JUSTIFICACIÓN  

  

 Ante todo, daré la definición de “Problemas de Comportamiento” como aquellos comportamientos que por su frecuencia, duración, intensidad o topografía son considerados inadecuados socialmente y presentan consecuencias negativas para el propio niño, para otros o para el ambiente en el que se encuentra. 

  

            Por otro lado, he elegido este tema debido a mi experiencia en un Centro de Granada capital durante mis prácticas de Magisterio de Infantil. En mi aula me encontré con Pedro, un niño de cuatro años de edad, muy cariñoso y con destacados problemas de atención. Según la tutora, se le estaba estudiando una posible hiperactividad por parte del pediatra, del Equipo de Orientación del Centro y por la propia tutora dentro del aula. 

  

            Asimismo, es duro enfrentarse el día a día con uno de estos casos, entre tantos, y vivenciar las dificultades y obstáculos a los que se tiene que enfrentar un niño tan pequeño. Es en la realidad donde tienes que poner todos los medios y recursos de que dispones para guiar y ayudar de la mejor manera al pequeño, aunque no sea tan fácil como en la teoría. 

  

            Por ello, es necesario disponer de cuanta información sea posible, y me refiero a información de calidad, de casos reales, esa información que sirve para elaborar ideas y recursos que nos ayuden a la hora de enfrentarnos a un problema de este tipo en la vida real. Ya que estos problemas son realidades en nuestras aulas, como maestros, y en los hogares como padres, y en nuestras manos está el poder facilitarle al pequeño un camino lo menos dificultoso y lo más adecuado posible con el fin de que llegue a una vida adulta con los medios necesarios para saber desenvolverse. 

  

            Así que, por todo esto, a continuación compartiré mi experiencia con este gran alumno, veremos el seguimiento llevado a cabo para trabajar con el problema y facilitaré información relacionada con estos tipos de problemas asociados al comportamiento, con el fin de concienciarnos de las repercusiones en la vida adulta de un mal seguimiento de un problema de este tipo, y también para ofrecer ideas y recursos a aquellos que tanto lucháis para crear un mundo mejor con nuestros-as pequeños-as. 

  

  

UN PEQUE CON PROBLEMAS DE ATENCIÓN 

  

            Para que mi experiencia sea comprendida, primeramente hablaré de Pedro, un niño que no permanecía más de un minuto realizando una actividad, se levantaba de su silla y se entretenía en los diferentes rincones del aula, con los libros, etc. 

  

            El discente se levantaba de su silla impulsivamente para darme un abrazo, independientemente de que M.José estuviese explicando alguna actividad o de que yo estuviera hablando. 

  

            Al realizar las fichas no controlaba la grafomotricidad, ya que no realizaba correctamente el repaso de las letras y, también coloreaba con mucha rapidez, saliéndose por completo del dibujo y utilizando los colores que a él le apetecía, aunque fuese la actividad con colores concretos. 

  

            Me contó Luisa, la profesora de apoyo que acudía a clase un día a la semana que, con tres años, Pedro cayó a una piscina y estuvo bajo agua algunos minutos, perdiendo el conocimiento. Estuvo a punto de morir según me contó Luisa. Y me dice que tal vez tenga algo que ver con la conducta del niño, aunque tan solo son suposiciones. 

  

            Pues bien, al cabo de algunos días, comencé a jugar al fútbol con los niños en el segundo recreo, y a Pedro le encantaba el fútbol, de hecho fue él quien me propuso que jugara el primer partido. Estos días, cuando el pequeño interrumpía alguna actividad o se levantaba de su silla, le decía que eso no está bien y que no jugaría con él el partido, porque me duele ver lo que hace. Entonces Pedro se sentaba, se ponía a trabajar y hasta que no acababa la ficha no paraba de decirme: “Ahora sí jugaré, ¿verdad, seño?”. 

  

            Yo percibía a un niño cariñoso que comprendía  todo lo que pasaba, sabía lo que estaba bien y lo que estaba mal, pero en gran número de ocasiones se movía por impulsos, hacía lo que le apetecía en ese momento, al margen de que fuese lo correcto o no. Por lo que comprobé que una manera de controlar y mejorar su comportamiento, era inculcarle que con un buen comportamiento tendría aquello que más le gustaba, que era el fútbol en ese caso, y si no cumplía las normas, se quedaría sin aquello que tanto le gustaba hacer. 

  

            Asimismo, con la coordinación de la tutora, el Pediatra y el Equipo de Orientación del Centro se llevó a cabo un seguimiento con el pequeño, el cual fue dando respuestas positivas. 

  

  

INFORMACIÓN PERSONAL   

   

Primero recopilamos información sobre la vida personal del pequeño: 

  

­- INFORME MÉDICO 

             

      El alumno está en observación y seguimiento por la tutora y el Equipo de Orientación del Centro. 

  

      Presenta dificultades a nivel de aprendizaje escolar con manifestaciones conductuales. 

  

      Existe también un seguimiento por parte de su pediatra. 

  

  

- INFORMACIÓN FAMILIAR 

  

       Este alumno presenta problemas de comportamiento y déficit de atención tanto en casa como en el colegio.  

  

        Suele presentar una excesiva inquietud motora e impulsividad en momentos tranquilos en el ámbito familiar.  

  

       Debido al accidente sufrido en una piscina y explicado con anterioridad, el trato que el padre le da al niño es de excesiva protección. Suele preocuparse demasiado por cualquier movimiento del niño y respecto al ámbito académico del alumno, apenas se hace ver en el colegio. Según la tutora, esta sobreprotección puede que esté influyendo negativamente en el niño.  

  

       Por otro lado, en alguna ocasión la madre del alumno ha hablado a la entrada del colegio con la tutora, porque el día anterior el alumno ha sido castigado por algún motivo. La madre de Pedro se asombra de que su hijo sea castigado y, también el pequeño le cuenta la versión un poco cambiada, con lo que M. José tiene que contar la versión real y pasar un mal rato delante de padres, profesores y alumnos, ya que la madre eleva un poco la voz y acompaña con exagerados gestos y movimientos de manos y brazos.    

  

       El niño acepta todos los consejos y advertencias, prestando atención e insistiendo en que no volverá a repetirse la conducta negativa, pero seguidamente se distrae con algo o le apetece hacer cualquier cosa y repite la conducta o alguna similar. 

  

  

- PLANTILLA DE REGISTRO 

  

       Se llevó a cabo una plantilla de registro en el aula, señalando con “alto”, “normal” o “bajo”, el grado en que el alumno presentaba las conductas inadecuadas: 

   DOCUMENTACIÓN TEÓRICA  OBSERVACIÓN EN EL AULA 
1  Dificultad para resistir a la distracción  Alto 
2  Dificultad para mantener la atención en una tarea larga  Alto 
3  Dificultad para atender selectivamente  Alto 
4  Dificultad para explorar estímulos complejos de una manera ordenada  Alto 
5  Actividad motora excesiva o inapropiada  Alto 
6  Dificultad para acabar tareas ya empezadas  Alto 
7  Dificultad para mantenerse sentados y/o quietos en una silla  Alto 
8  Presencia de conductas disruptivas  Normal 
9  Incapacidad para inhibir conductas, dicen siempre lo que piensan, no se reprimen  Alto 
10  Incapacidad para aplazar las cosas gratificantes  Alto 
11  Impulsividad cognitiva  alto 

  

       Por medio de la información recogida en el aula, se trabajó de una manera más insistente con respecto a los resultados de dicha plantilla. 

  

  

-       LISTA DE CONTROL  

  

       También trabajamos con nuestro pequeño por medio de una lista de control para determinar el grado en el que el alumno presentaba cada una de las conductas descritas:  

  

            Tiene excesiva inquietud motora; Tiene dificultades de aprendizaje escolar; Molesta frecuentemente a otros niños; Se distrae fácilmente, muestra escasa atención; Exige inmediata satisfacción a sus demandas; Tiene dificultad para las actividades cooperativas; Está en las nubes, ensimismado; Deja por terminar las tareas que empieza; Es mal aceptado por el grupo; Niega sus errores o echa la culpa a otros; A menudo grita en situaciones inadecuadas 

; Contesta con facilidad. Es irrespetuoso y arrogante; Se mueve constantemente, intranquilo; Discute y pelea por cualquier cosa; Tiene explosiones impredecibles de mal genio; Le falta sentido de la regla, del ; Es impulsivo e irritable; Se lleva mal con la mayoría de de sus compañeros; Sus esfuerzos se frustran fácilmente, es inconstante; Acepta mal las indicaciones del profesor. 

  

            Esta lista sirvió para trabajar con el niño tanto dentro como fuera del aula, potenciando una  buena conducta por medio del trabajo a través de los datos obtenidos. 

           Desde el Centro se mantuvo un contacto directo y continuo con la familia en todo momento, compartiendo ideas e información. También se fomentó el trabajo para que, desde casa, el pequeño fuese adquiriendo hábitos positivos y correctos con respecto a un adecuado comportamiento, concienciando a la familia y “educándola” profesionalmente por medio de estudios, búsqueda de información, relatos reales… 

  

            Algunas actividades recomendadas para niños-as con este problema serían, entre otras, las relacionadas con el deportes en equipo:  Beisbol, basquetbol, fútbol y casi cualquier deporte en equipo que sea una actividad altamente física y requiera total involucramiento, es una buena oportunidad para aprender habilidades sociales y tomar modelos de comportamiento. 

  

            Las actividades musicales y recreativas son de gran eficacia también para trabajar con estos-as niños-as, ya que se utilizan con el propósito de desarrollar el ritmo, la coordinación, la concentración de la atención, reconocimiento del esquema corporal y la expresión corporal entre otros aspectos. 

            De igual manera se trabaja por medio de actividades de control visomotor y atencional, como sería, por ejemplo, clasificar series de objetos diferentes (botones, cartas, figuras geométricas…) agrupando y clasificando los objetos presentados según sus características comunes: color, forma, etc. 

            Pero los ejercicios que más se centran en el autocontrol de la persona son los ejercicios de relajación o autocontrol de la impulsividad  y, teniendo  en cuenta que el niño hiperactivo no suele centrarse durante muchos minutos en una misma tarea, estos han de ser claros, breves y fáciles de ejecutar si se quiere obtener buenos resultados. Están orientados básicamente para incrementar el autocontrol, la inhibición muscular, la relajación, el control corporal y la atención. 

            Por último, quisiera destacar el papel desempeñado por los profesores, analizando las adaptaciones curriculares recomendadas en estos casos y proponiendo un protocolo de actuación específico para los educadores que incluye, entre otras etapas, formación sobre este trastorno y aplicación en el aula de iniciativas conductuales eficaces. También la recopilación de actividades y material lo más atractivas y eficaces para los-as pequeños-as, con el fin de que aprendan de la manera más lúdica y agradable posible. 

  

  

CONCLUSIONES 

  

              Lo que aquí queda como Artículo fue para mí una experiencia única e irrepetible, gracias a la cual crecí como persona y viví momentos que jamás hubiese vivido sin Pedro. Me siento realizada de pensar que influí en el desarrollo de este niño, que aprendí de él cosas que no olvidaré y que estoy más preparada ahora para afrontar una situación similar. 

                  Espero que mi trabajo sirva para aportar uno más de los diferentes y numerosos casos de problemas del comportamiento que se dan en nuestra realidad y, también, para adquirir información general sobre estos problemas, ya que ante una vivencia similar con un niño-a que presente este problema, será de suma importancia obtener la mayor información y conocer el mayor número de casos para estar lo más preparados posible y saber intervenir de la manera más adecuada. 

  

                  Finalizo afirmando que trabajar con niños-as que presentan estos comportamientos a tan corta edad es un reto para el educador, el cual deberá trabajar duro (mediante búsqueda de información, cariño, paciencia, observación directa…) con el fin de ayudar y encaminar al pequeño-a por medio de valores, normas, insistencia… Así podremos apreciar cómo crecemos como profesionales y como personas a la vez que hacemos de nuestros pequeños-as mejores personas. 

  

  

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 

  

  

  • MANUALES

  

Antonio Fernández Castillo (2002): Fundamentos Psicopedagógicos de Educación Especial. Grupo Editorial Universitario. Universidad de  Granada. 

  

Información del Equipo de Orientación del Centro “Fuentenueva”, Granada. 

  

  

  •  DIGITALES 

  

v www.scribd.com 

  

v www.librosaulamagna.com 

  

v www.innatia.com 

  

v www.eliceo.com 

  

  

 

Este artículo forma parte de la publicación nº04