LA VIOLENCIA ESCOLAR, ¿COSA DE LOS MAESTROS?
15 nov 2010 Publicado por: Ana Soto Muñoz
Una de las preocupaciones en la comunidad educativa y en la sociedad en general ha sido, y continúa siéndolo, las cuestiones relacionadas con la violencia en las escuelas. Cuántas veces hemos podido ver a la salida del colegio una pelea entre alumnos, cuántas veces hemos escuchado que han maltratado a un profesor, insultos, amenazas, maltrato físico… Día a día en las escuelas ocurren estos casos de violencia.
Parece que no queremos darnos cuenta pero estos individuos que se están formando, serán las mujeres y hombres del futuro. Por ello, en el presente artículo se trata de ver y comentar cuáles son los principales factores y los tipos de violencia más destacados en las aulas y cómo atender a dichas cuestiones de indisciplina para mediarlas.
Antes de nada, me gustaría hacer un inciso para destacar que no es lo mismo conflicto que violencia, puesto que en ocasiones solemos utilizar el término de conflicto como sinónimo de ésta. Sin embargo, estos conceptos no significan lo mismo.
Según Jordi Planella (1998) la violencia es “aquella situación o situaciones en que dos o más individuos se encuentran en una confrontación en la cual uno o más de las personas afectadas sale perjudicado, siendo agredida física o psicológicamente”.
Para Grasa (1987), el conflicto supone “la pugna entre personas o grupos interdependientes que tienen objetivos incompatibles, o al menos percepciones incompatibles”.
Por tanto, el conflicto es una situación de enfrentamiento provocada por la contraposición de opiniones en relación a un tema concreto; mientras que la violencia es esa manera negativa de enfrentarse a dicha situación. El conflicto no es algo malo, sino que pienso que es algo que debe producirse para formar al alumnado como persona, para su maduración y la formación de su actitud crítica, ya que no todos somos iguales ni tenemos las mismas opiniones. Además, todo cambio implica necesariamente pasar por una situación de conflictividad al contraponer opiniones. Por ello, debemos de saber aceptar las opiniones contrapuestas a las nuestras y poder discutirlas sin llegar a la violencia. Así, el profesor podrá provocar situaciones de conflictos en su aula, como por ejemplo debates, siempre y cuando se trabaje de forma adecuada, creando un clima favorable para que los alumnos puedan aprender respetándose, sin llegar a situaciones de violencia.
Existen diversas causas que conducen a la violencia. En este sentido el Informe del Defensor del pueblo sobre violencia escolar contempla que “el maltrato entre iguales, que se produce en la escuela, tampoco puede explicarse sólo mediante las variables relativas al propio centro. Junto con los factores más relacionados con el medio escolar y con el grupo de amigos, existen otros factores sociales y culturales implicados en el fenómeno cuyo conocimiento permite la comprensión del mismo en toda su complejidad” (Defensor del pueblo, 1999, 30).
Me gustaría destacar, en primer lugar a la familia. Ésta, en algunos casos, es una de las principales causas internas que conllevan a situaciones de violencia. A menudo, los niños y niñas que presentan problemas de indisciplina se corresponden con familias desestructuradas, con nivel socio-económico bajo, niños que presentan falta de atención y cariño familiar ó debido a la forma de arreglar los conflictos en dicha familia. Los niños aprenden por imitación. Por tanto, si éste ve que sus padres arreglan los conflictos a través de golpes y gritos, ellos lo harán del mismo modo.
Algo verdaderamente preocupante es que incluso, la misma sociedad, conllevan situaciones de violencia.
Los medios de comunicación como la televisión, internet o los videojuegos incitan a los niños y adolescentes actuar de forma violenta.
Así, la mayoría de los dibujos animados se centran en luchas y peleas (Doraemon, Pokemon…). También podemos percibir en los programas de televisión como “Sálvame”, denominados “programas basuras”, las numerosas discusiones, peleas e insultos, llegándose a la falta de respeto que tienen lugar en éstos, y todas ellas en horario infantil. Pienso que la televisión influye en gran medida en los niños puesto que son numerosas las horas que éstos pasan delante de la pantalla del televisor, repercutiendo esos programas negativamente en ellos.
Los niños también pasan muchas horas delante del ordenador. Internet es un medio de comunicación permite obtener acceso a gran cantidad de información tanto positiva como negativa para todas las personas. En muchos casos, basta con hacer un “click” en una pestañita para comprobar que eres mayor de edad, sin saber realmente quiénes están recibiendo dicha información. Pero además, existen numerosos vídeos subidos a Internet sobre violencia entre alumnos. Hay niños que los ven como algo lúdico y llegan a grabar las agresiones hacia otros compañeros con los móviles para luego publicarlos por dicha red social.
Por ello, los responsables de las cadenas de televisión deberían de buscar programas educativos en los que los niños y niñas aprendieran valores, percibieran un mundo mejor, incitando de este modo a crear situaciones pacíficas entre los mismos. Al igual que en Internet se debería de poner una mayor restricción en el acceso a la información para el alumnado menor de edad.
Pero también motivos como la droga, el alcohol y deportes de masas como el futbol, provocan violencia.
Pienso que no sólo la educación y los padres son los responsables de la educación de los discentes, ya que por mucho que intentes inculcarle a un niño un valor como el respeto, si está viendo que por otro lado una disonancia con lo que ve en su día a día, no lo tomará en cuenta. Por ello, la educación de los jóvenes en cierto modo nos afecta a todos.
Dentro de propia escuela, los niños que suelen tener problemas de conducta suele ser debido a la organización del tiempo y de los espacios, las pautas de comportamiento, el rendimiento del alumno con respecto a los demás, la escasa atención que se le presta, la pertenencia a otra cultura o la incapacidad.
Normalmente la violencia se produce en alumnos que son estudiosos, presentan características deficientes o pertenecientes a un grupo étnico diferente frente a otros alumnos. Detrás del niño conflictivo siempre existe un problema de trasfondo. Muchas veces, los profesores no se dan cuenta de los problemas que ocurren en sus aulas o no los trabajan de forma adecuada, creyendo en muchos casos que no es cosa suya, sino de la familia de la víctima. Por ello, creo que los profesores necesitan una preparación para detectar, prevenir y saber cómo actuar ante estos casos.
Con respecto a los tipos de violencia, la disrupción en las aulas es la principal preocupación de los docentes, a pesar de no ser una situación en sí de violencia, ya que estos alumnos interfieren en el proceso de enseñanza y aprendizaje de los demás compañeros. Pero también se pueden dar algún caso de indisciplinas entre profesor y alumnos llegando incluso al insulto del profesorado y amenazas acerca de sus materiales.
Otro tipo de violencia común en las escuelas es el “bullying”, es decir, situaciones en las que uno o más alumnos acosan e intimidan a otro, el cuál es víctima de éstos, a través de insultos, rumores, vejaciones, aislamiento social, motes, etc., teniendo lugar a lo largo de meses e incluso años, provocando grandes consecuencias sobre todo para la víctima.
Este tipo de violencia la mayoría de las veces no es percibido por los profesores ni padres y la víctima permanece callada por las amenazas de sus agresores. Este tema es de gran índole y pienso que tanto el docente, ya sea dentro del aula como en los recreos, como los padres tienen que estar atentos a sus hijos puesto que puede provocar grandes problemas llegando producirle diversos traumas.
El vandalismo y la agresión física son casos de violencia que se presentan con poca frecuencia (según las investigaciones realizadas en los distintos países suponen un 10% del total de los casos de conducta antisocial) pero éstos son situaciones mucho más serias que las anteriores.
Realmente, la escuela no es un lugar de encuentro donde se acoge, acepta y respeta al otro (al diferente), por el contrario, es un espacio delimitado por paredes en el que el alumno debe permanecer ocho horas diarias y en el que el profesor debe velar por el mantenimiento del orden y garantizar un modelo de enseñanza adecuado a los alumnos. Todo esto unido al abandono de los padres de sus obligaciones educativas con los hijos, la desmotivación de los alumnos y la excesiva burocratización de los centros escolares, están contribuyendo al deterioro de la convivencia en los centros, donde los insultos, las amenazas, las peleas, el rechazo, la marginación, etc., se están convirtiendo en algo habitual y común. Con este panorama de conflictividad, la vida escolar se vuelve incómoda para todos y poco o nada adecuada para el buen desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por ello hay que poner las medidas adecuadas para combatir esto.
Dentro del maco legislativo podemos encontrar medidas para la prevención de las distintas situaciones de violencia.
De este modo, en el artículo 34 del Decreto 19/2007, de 23 de enero, por el que se adoptan medidas para la promoción de la cultura de paz y la mejora de la convivencia en los centros educativos sostenidos con fondos públicos, a excepción de los universitarios, dispone que la Administración Educativa establecerá los protocolos de actuación e intervención de los centros educativos para los supuestos de maltrato, discriminación o agresiones que el alumnado pudiera sufrir, garantizando su seguridad y protección, así como la continuidad de su aprendizaje en las mejores condiciones. Además, dispone el establecimiento de protocolos de actuación para los supuestos de agresiones que los trabajadores y las trabajadoras de los centros educativos pudieran sufrir en el desarrollo de sus funciones.
Pero también en la RESOLUCIÓN de 26-9-2007, de la Dirección General de Participación y Solidaridad en la Educación por la que se acuerda dar publicidad a los protocolos de actuación que deben seguir los centros educativos ante supuestos de acoso escolar, agresión hacia el profesorado o el personal de administración y servicios, o maltrato infantil, encontramos los protocolos a tener en cuenta a través de una serie de pasos.
Por tanto, debemos de plantear propuestas para solucionar y preveer los casos de violencia. En primer lugar pienso que los padres adquieren un papel fundamental, éstos deben de tener conocimiento e información acerca las situaciones de violencia que se viven en el centro educativo. Por ello, deben de tener un contacto con éste. Además, deben de saber hablar y escuchar a sus hijos con normalidad, ser amigos de estos. De este modo, tanto el profesorado como las familias deben llegar a acuerdos sobre cómo lograr que los alumnos/as se abran a su entorno y cuenten su situación.
En relación al sistema escolar, veo necesaria la formación del profesorado sobre las medidas de atención frente a la violencia, puesto que así sabrán cómo intervenir ante las distintas situaciones.
También una buena forma de trabajarlo es a través de temas trasversales como la educación en valores, y los programas y la inclusión en los colegios en provectos que fomenten las conductas positivas como “Escuela espacio de Paz”. Es favorable porque a través de éstos los alumnos aprender a cooperar, interaccionar y a participar unos con otros de forma adecuada.
En definitiva, el profesor debe provocar situaciones en el aula en las que se pueda dar conflicto y éste sea resuelto a través de conductas adecuadas. Así, el profesor debe de trabajar la cooperación, las normas, la empatía, el fomento del diálogo, la educación en valores, etc. Para que los alumnos sepan comportarse de forma adecuada ante cualquier situación. Pero, como hemos podido contemplar anteriormente, no es solo cosa de la comunidad educativa, sino también de los familiares y de la sociedad en general, es un trabajo de todos. Concluyo diciendo “Pongámonos manos a la obra e intentemos cooperar para formar a las verdaderas mujeres y hombres del futuro”.
BIBLIOGRAFÍA
- RESOLUCIÓN de 26-9-2007, de la Dirección General de Participación y Solidaridad en la Educación por la que se acuerda dar publicidad a los protocolos de actuación que deben seguir los centros educativos ante supuestos de acoso escolar, agresión hacia el profesorado o el personal de administración y servicios, o maltrato infantil.
- DECRETO 19/2007, de 23 de enero, por el que se adoptan medidas para la promoción de la Cultura de Paz y la Mejora de la Convivencia en los Centros Educativos sostenidos con fondos públicos.
- Defensor del Pueblo (2000): Violencia escolar, el maltrato entre iguales en la educación secundaria obligatoria. En: www.defensordelpueblo.es/index.asp?destino=informes2.asp
- Fernández, I. (2000) Prevención de la violencia y resolución de conflictos. El clima escolar como factor de calidad. Educación Hoy (Narcea S.A. de ediciones)
- Ortega Ruíz, Rosario (coord., 2000), Educar la convivencia para prevenir la violencia. Antonio Machado libros S. A.
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- http://www.eumed.net/rev/cccss/06/emrc6.htm
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